sábado, 14 de marzo de 2015

Hay un vacío en nuestra clase política; La solución está en la gente.

Fernando Gámez/Opinión Personal.

Derivado de un sondeo a ciudadanos sin filiación partidista, al interrogarlos acerca de su opinión de lo que ocurre con la política en nuestro país, la gran mayoría se manifiesta por una apatía y un desinterés total hacia la actividad política y su clase, quienes, -aseguran los entrevistados-,los han decepcionado. 
Los ciudadanos manifestaron un vacío en la política actual ya que consideraron que los actores políticos no se dedican a lo que debería ser en teoría el oficio político. 
Los ciudadanos manifiestan que han perdido la capacidad de asombro cuando se da a conocer periódicamente fraudes, corrupción y enriquecimiento ilícito de integrantes de todos los partidos políticos,  sin que se combata desde lo que debiera ser el estricto apego a derecho, ya que cuando se usa la justicia para combatir la corrupción, se castiga mas por revanchas políticas que por el estricto cumplimiento de la ley. 
El desapego de las causas sociales por parte de los actores políticos ha generado -ademas- que la sociedad en general, sienta como una pesada carga a nuestra clase política, ya que el ciudadano siente como una enorme losa sobre su espalda, a la burocracia que se comporta como un cáncer que carcome día a día a las instituciones públicas del país. 
El desencuentro entre los ciudadanos radica, en que los políticos de todos los niveles y de todos los partidos no han sabido responder a las necesidades de la gente, ya que si comparamos el sueldo de un legislador con el de un obrero hay una diferencia abismal. 
Sin embargo, no solo se trata de los sueldos que obtienen nuestros representantes populares, lo de fondo, es que, en nuestro país cada día es más difícil sobrevivir, ya que los sueldos para profesionistas, técnicos y empleados están por los suelos, aunado a la depreciación que año con año sufre el poder adquisitivos de nuestra moneda nacional. 
Vivir con un salario bajo complica El nivel de vida en nuestro país, el deterioro de la política, la falta de oportunidades, la ausencia de seguridad social, el desempleo, el empleo informal y la inseguridad han abierto una brecha entre ricos y pobres y  entre políticos y gobernados, ya que la gente ha perdido, en el peor de los casos, el interés por mejorar, producir y prepararse para aportar a nuestro país, ya que dentro del sentir de los ciudadanos se considera que cualquier partido que los gobierne seria lo mismo, por lo cual, haga lo que hagan los ciudadanos nada va a cambiar.  
Pero aun hay un dato muy interesante que hace que nuestro país no avance a la velocidad que todos quisiéramos; y ese punto medular es la participación ciudadana en política,  ya que los políticos han olvidado las causas de la gente y han perdido la identidad partidista y las ideologías que hicieron que nacieran la mayoría de los partidos políticos, y por ende se han convertido en mercantilistas de la política, pugnando mas por sus intereses que por las causas comunes; Haciendo como que hacen, pero abandonando las causas sociales, el deber de transformar nuestro país, y la búsqueda de mejores condiciones de vida para la gente. 
De igual manera, la clase trabajadora, y los colectivos populares, desde hace muchos años han olvidado las tareas de análisis y reflexión de lo que son sus problemas, han dejado al margen la necesidad de preparación y formación para enfrentar el futuro; Y sobre todo, han olvidado la generación de propuestas para mejorar las condiciones de vida en nuestro país, partiendo desde la óptica y las necesidades de la clase trabajadora. 
Yo soy un optimista quizá; Sin embargo, pienso, siento y creo que este país aún puede cambiar, y va a cambiar cuando ocurra la primera de las dos cosas siguientes: la primera, nuestro país va a cambiar cuando los ciudadanos nos podamos preparar, unir, y aprendamos a defender y exigir al sistema político nuestros derechos.
Y la segunda, creo que nuestro país va a cambiar el día que los políticos vean la actividad política desde las causas de la gente, desde las necesidades y deseos de los ciudadanos que esperan que un día los políticos se olviden de sus intereses y canónjias y se ocupen de mejorar sistemáticamente el nivel de vida, el poder adquisitivo y los servicios públicos de nuestro país. 

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